sábado, abril 11, 2009

Vinyan


Vinyan está grabada con planos largos, húmedos, acompañados de sonidos aislados, naturales. Una sucesión de fragmentos estirados que hablan de una odisea o, quizás, del rencor, y de la culpa. Se trata de la misma fórmula que Du Welz empleó, siempre al borde del colapso, en "Calvario", su debut. Esta vez los poco más de 90 minutos sí resultan agotadores, y apenas consigues llegar implicado a su final (demoledor, por otra parte).
Esperemos, simplemente, que en futuras ocasiones el belga cuente con una historia, y no un boceto que, por raquítico, se vea ahogado en las tinieblas del cineasta.