
El debut americano del Wong Kar Wai no es la mierda que anunciaban los más puristas, ni la gran película que seguramente otros querrán ver en ella. Al igual que Mongol y Transsiberian, aunque de forma más acusada, estamos ante cine de autor de la zona media. El problema es que, seguramente, Wong Kar Wai venía de jugar más arriba.
Recomendable, en todo caso.