
The girl next door se puede entender como una depuración total del género de terror. Un proceso de eliminación hasta dar con lo puro, con lo básico. En ella no hay gore, no hay apenas sangre. La cámara se mueve con limpieza, huyendo del morbo.
Y no hay diversión. Ninguna. De ningún tipo.
Es simplemente terror.
Y es muy duro.
Yo que tú, no la vería.